miércoles, 25 de abril de 2012

Far away, so close

Cuando uno de los papás tiene que viajar y alejarse de la familia por algún motivo, esos días (si resultan ser varios) pueden muy dolorosos, tanto para el papá, como para la niña (o).

Hace poco tuve que viajar por trabajo fuera del país por aproximadamente 10 días. Siempre traté de mantenerme en contacto como mi esposa y con mi hija por el teléfono la mayor cantidad de veces que pude y hablándole como si estuviese allí con ella viviendo su día a día. Lo cierto es que fui yo quien la extrañó más a ella que ella a mí, distraída entre el nido, las clases de natación o sus juegos diarios.

Algo muy útil para mantener la idea de cercanía con mi hija, fue el uso de la tecnología para comunicarnos con la mayor parte de sentidos posibles. Skype y el mismo Windows Live Messenger ofrecen opciones de video gratuitas que permiten mantenerse muy cercano aun cuando uno esté incluso en otro hemisferio, como fue mi caso. Resulta muy útil fijar una hora del día para hacerlo y así manejar mejor las expectativas tanto de padres como de los hijos.

Este fue mi segundo viaje internacional desde que mi hija nació, sin embargo por su edad ahora ella está más consciente de la ausencia, así que fue un gran momento para empezar a enseñarle algunos conceptos como los países, la inmensidad de la tierra, el hecho de que existen otras culturas de las cuales podemos aprender mucho.

En un momento dado ella me pregunto si estaba en el "avión volando en el cielo" a lo que tuve que explicarle que no, que había llegado a una ciudad y que estaba quedándome en un hotel (concepto que no le quedó claro por la carita que puso) e inmediatamente me dijo "espérame papá yo también voy en el avión" y salió corriendo hacia su cuarto a ponerse sus zapatos: lo único que necesitaba para subirse al avión.

Los 10 días finalmente pasaron, ya estoy en el avión de regreso con destino a mi país, con un sentido de patriotismo nunca antes experimentado y no necesariamente por el terruño, sino por la fuerza de la sangre y el amor de aquella personita que me espera en casa.

P.d: siempre lleven con ustedes un pequeño souvenir de aquellos lugares a los que viajen, harán que su perspectiva sobre el mundo cambie y su curiosidad hacia el crezca y los motive a conocerlo.

miércoles, 4 de abril de 2012

Las clases de natación




Desde aproximadamente los 4 años mi Mamá me llevó a clases de natación, primero en Walter Ledgard y posteriormente en la academia de su hijo Tater. Mis padres nunca fueron muy deportistas que digamos, pero con respecto a nadar mi Mamá siempre fue muy aplicada y me llevo a mis clase durante años, casi toda mi época de colegio.

Nadar es uno de los deportes más completos que existen, además de ser muy divertido para los enanos. Hace tres meses que mi pequeña hija empezó sus clases y realmente hay un avance en su manera de manejarse en el agua, ya no traga agua, hace el movimiento del pataleo, flota y se impulsa y se lanza a la piscina sola (lo que felizmente no hace sin que haya alguien que la reciba). Pero cada niño tiene su tiempo, ella desde un inicio disfrutó estar en el agua, hay otros a los que debe introducírselos en el agua poco a poco. No hay que ser brusco sino muy amable.

Recomiendo que no se aventure a querer enseñarle Ud. mismo, muchas veces puede cometer errores que entorpecerán el aprendizaje del niño más adelante. Busque una academia que tenga algunos años en la enseñanza y asegúrese que los horarios sean convenientes, tanto para usted como para su hijo(a), por aquello de los cambios de estación.

Mi hija empezó a los dos años, pero viendo a otros niños creo que hubiese preferido empezar seis meses ante, pero eso sí en verano donde disfrutan al máximo la experiencia.

Acompañe usted mismo a su hijo paso a paso en la mayor cantidad de clases que pueda. Inevitablemente cuando son muy chicos deben ir acompañados de un adulto.

Por el lado de la ropa, por lo general las academia tienen un tiendita dentro donde venden ropas de baño y accesorios como gorros, lentes y otro. También puede acudir a una tienda especializada en deportes como Marathon o Mitsuwa.

Si alguna vez practicó el deporte no tenga miedo en ponerse en forma de nuevo, que la mejor enseñanza la da con el ejemplo y así su hija(o) querrá imitarlo y pasar más tiempo con usted.

El verdadero valor en este deporte, a diferencia de otros es que le permitirá a su niño(a) contar con una herramienta de supervivencia imprescindible.

Pónganse la ropa de baño y a la piscina!

lunes, 2 de abril de 2012

Por donde empezar...

Empiezo este blog porque quiero compartir la maravillosa experiencia de ser papá. La llegada de mi hija cambio mi vida en muchísimos aspectos, todos para bien y al mismo tiempo, me trajo algunos cuestionamientos sobre si estaba a la altura de la responsabilidad que ello significaba y cómo trataría  de ser el mejor papá para ella.


Luego de unos día de haber nacido mi hija, recién caí en la cuenta de lo que verdaderamente estaba pasando en mi vida, alguien (mi esposa) me había dado el regalo más grande e incomparable que uno podía recibir, el regalo de la vida, una vida que dependía de mí y que supo enseñarme tan sólo con su llegada a este mundo que existen verdaderon vínculos que nadie puede romper y que pueden ser más importantes que uno mismo.

De inmediato, al tenerla entre mis brazos, me sentí menos egoísta y más agradecido con el mundo por la oportunidad de lo que estaba viviendo. Mis prioridades cambiaron, o mejor dicho, dejaron de ser importantes pues sólo existía una: hacer que la vida de esta niña sea la más feliz posible, cada día y a cada momento.

Muchas cosas han pasado desde entonces y cada día es una aventura distinta y un aprendizaje continuo. El tiempo pasa y mi bebé ahora es una niña y seguirá creciendo cada vez más rápido. Lo que nunca cambiará será el amor que siento por ella y que no hay nada que no haría para evitar que algún día esa sonrisa se borre de su cara.