miércoles, 12 de septiembre de 2012

Día de teatro



Mi Mamá nunca fue proclive a las artes escénicas, así que de niño muy pocas veces fui al teatro. Mi mujer es otra cosa y de ella nació la idea de llevar a mi hija a su primera función de teatro. La obra elegida: "Chimoc, el perro calato".

Mi enana llegaba con todas las canciones aprendidas del libro, muy familiarizada con los personajes también. La primera parte transcurrió muy divertida. La obra tenía música en vivo y estaba llena de bailes e interacción con los niños. En una de esas salidas de los actores para interactuar con los niños, Chimoc, el personaje principal y hasta ese momento ídolo de mi hija se acercó mucho a  nuestro asiento y mi enana se asustó casi al punto de llorar.

La misma escena se repitió al término de la obra, en el momento en que los niños se toman las fotos con los actores y sus personajes favoritos. Creo que el motivo principal de este susto fue el disfraz y maquillaje de Chimoc. En realidad no pensábamos que hubiese sido para tanto, pero un año después al ir a la nueva puesta en escena de Chimoc, mi hijita se privó en llanto y no quiso entrar. Tuvimos que regalar las entradas.

A veces surgen algunos pequeños sustos que los papás no nos damos cuenta pero que en la memoria de nuestros hijos pueden quedar grabados para ser recordados en cualquier momento, tomémonos el tiempo para ver cuáles podrían ser estos pequeños, pero potencialmente significativos miedos y conversémoslos y a modo de juego, enfrentémoslos para que no crezcan en ellos y puedan llegar a convertirse en algo más complicado a medida que crecen.

Sin embargo, seguiremos llevando a nuestra hija y esperamos que siga disfrutando el teatro y aprenda de esta maravillosa forma de expresión artística. 


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